En la Escuela de las Américas de Trujillo, la sección de Educación Infantil se encuentra ubicada en Huertas de Ánimas. Allí, las aulas de Infantil se convierten en un pequeño paraíso, pues la convivencia es especial entre los alumnos y alumnas, las familias, y las maestras que como yo, hemos trabajado en ese lugar. Tuvimos la enorme suerte de que a nuestras aulas llegara un día la "profe" Maribel. Ella era la encargada de la tutoría de tres años donde se escolarizaría un niño con diabetes al que estábamos esperando. No sabíamos, al principio, cómo iba a ser la nueva compañera, si tendría miedo ante la situación, si encajaría en nuestro perfil de trabajo, si nuestro pequeño con diabetes estaría en buenas manos... Todo era expectación...
Mi trabajo como referente en diabetes me hizo estar al tanto de la situación, para que el protocolo se pusiera en marcha con todas las garantías, pero... la tutora era una pieza importantísima... ¿Cómo sería nuestra Maribel?
Pues no podíamos haber imaginado una compañera más preparada, concienciada, eficaz y humana. No en vano supimos después que pertenecía a una familia cacereña especialmente conocida por su espíritu trabajador y entusiasta. Maribel no solo se había preparado yendo a un curso sobre diabetes, sino que también había leído y había buscado información sobre el tema. Resultó ser una mujer valiente y trabajadora, además de una excelente amiga y compañera. Todo fue fácil a su lado... y la diabetes no fue un problema para el niño ni para su familia, tampoco para ella ni para nosotras. No lo fue para nadie por su gran espíritu de trabajo.
Tuvimos, repito, una suerte inmensa: la mejor. Gracias Maribel por ser tan humana, buena compañera, trabajadora y responsable. Gracias.
imagen: Imagi (internet) |
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