
Mi trabajo como referente en diabetes me hizo estar al tanto de la situación, para que el protocolo se pusiera en marcha con todas las garantías, pero... la tutora era una pieza importantísima... ¿Cómo sería nuestra Maribel?
Pues no podíamos haber imaginado una compañera más preparada, concienciada, eficaz y humana. No en vano supimos después que pertenecía a una familia cacereña especialmente conocida por su espíritu trabajador y entusiasta. Maribel no solo se había preparado yendo a un curso sobre diabetes, sino que también había leído y había buscado información sobre el tema. Resultó ser una mujer valiente y trabajadora, además de una excelente amiga y compañera. Todo fue fácil a su lado... y la diabetes no fue un problema para el niño ni para su familia, tampoco para ella ni para nosotras. No lo fue para nadie por su gran espíritu de trabajo.
Tuvimos, repito, una suerte inmensa: la mejor. Gracias Maribel por ser tan humana, buena compañera, trabajadora y responsable. Gracias.
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imagen: Imagi (internet) |
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