EL DÍA QUE TODO CAMBIÓ

Nuestro proyecto pretende dar visibilidad a la diabetes tipo 1 y sus necesidades. El proyecto abarca un libro de testimonios en primera persona sobre la diabetes tipo 1, (pacientes, familiares, amigos, profesionales); un foro: http://www.tuvidacondiabetes.es/ ; este blog; charlas informativas, y un documental que pronto compartiremos con todos los lectores. Gracias por estar aquí y compartir esta dulce experiencia.

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viernes, 17 de marzo de 2017

Beatriz González Pelegrín, enfermera supervisora en UCI del hospital de Barbastro (Huesca), con amplia experiencia en diabetes. Enfermera en campamentos de niños y adolescentes con diabetes de Aragón. Santy Conde Barreiro, pediatra de A.P. del S.S. de Aragón. Coordinador técnico del Registro de DM1 en menores de 15 años de Aragón. Médico de campamentos de niños y adolescentes con diabetes de Aragón.

Hoy, queremos rendir homenaje a Santy Conde y Beatriz González. Ellos también nos han dado su testimonio lleno de esperanza sobre cómo están trabajando con la diabetes tipo1. Cuando todo parece tan oscuro y el panorama social tan desesperanzador, encontrarse con profesionales como los que estamos entrevistando hace replantearte la situación. Hay gente maravillosa, luchadora, entusiasta, trabajando día a día por ofrecer un trato justo a nuestros niños, jóvenes y adultos con diabetes. En ese camino está esta pareja que forman un magnífico tándem hasta en lo personal. Maravillados estamos de su labor, encantados de cómo nos han recibido y de su participación en nuestro proyecto. Se da la circunstancia de que sin conocernos personalmente,  Santy,  ha estado dispuesto cada vez que le hemos necesitado en nuestro proyecto, siempre tan atento a nuestras necesidades y tan acertado con sus sugerencias. Y es que ellos son así: "Entrega". 







Mi 'santa' suele hablarme de los testimonios
Beatriz Gonzalez preparando los campamentos de verano
que van recopilando para el libro "El día que todo cambió", y de las entrevistas que hacen a los profesionales involucrados en este tema. Un día me preguntó: "¿Sabes dónde está Barbastro?". "Sí. en Huesca", le contesté sin dar más explicaciones. "Es que hoy entrevistamos a una pareja de allí. Él es pediatra y ella enfermera". "Ya, buena gente, pues. Ya verás el acento que tienen". Pero no, al parecer no tenían mucho acento, aunque sí me confesó que les habían parecido maravillosos, como profesionales y como personas. Pero yo, eso ya me lo imaginaba.



Al cabo de unos días, y dado a que no disimulo mi admiración por todo lo maño, Pilar y Montse me sugirieron hacer una introducción a la entrevista del matrimonio aragonés en este blog. "¿Por dónde empiezo si apenas les conozco?..." Tiré de "San gugle" y leí con detenimiento la entrevista, una entrevista que rezuma buen rollo, muchos conocimientos, muchas ganas y una alta implicación con la diabetes tipo1, especialmente con los niños. 

Leyendo y pensando caí en la cuenta... "¿Pero no ejercían en Barbastro?", y eso sí que me abrió los ojos. "¿Es que conozco yo Barbastro?". No, en absoluto. Nunca he estado. "¿Entonces?". Os lo cuento: Yo estudié la carrera en Zaragoza, hace ya muchos años, y durante mi estancia
Santy Conde. Preparación de campamentos
allí estuve en el Colegio Mayor Virgen del Carmen, también conocido como "El Carmelo". Allí nos hospedábamos mucha gente de diferentes sitios, de Aragón, de la Rioja, del País Vasco, de Cataluña, de Canarias (mi amigo Pepe, sin ir más lejos)... incluso uno de un país árabe. Bueno, a lo que iba, que dentro de esa fauna estaban ¡Los de Barbastro! Sí, un grupo de amigos que a mí me daba por imaginarlos como a los Hobbits del Señor de los Anillos, y no por su tamaño, sino porque siempre iban juntos, felices, sin meterse con nadie, disfrutando de la vida. Unos estudiaban empresariales, otros veterinaria, pero siempre juntos. Yo les envidiaba, lo más seguro, porque entonces yo carecía de eso que ellos tenían, esa amistad de siempre con la gente de su ciudad, ese vivir en grupo, ser buena gente todos ellos. En fin, que me enrollo. E
llos, simplemente con su bien vivir y su forma de ser, han conseguido que estos profesionales se queden a trabajar y vivir allí, cuando es seguro que encontrarían trabajo en cualquier ciudad del mundo... Sí, algo tendrán los barbastrenses. Ya os lo decía antes, les envidiaba y les sigo envidiando, ahora que sé que cuentan con profesionales como Beatriz y Santy velando por el bienestar de sus hijos.

Cuando leáis la entrevista entenderéis lo que quiero decir.

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