

Hace unos meses recogimos para el libro "El día que todo cambió" el testimonio de una mujer que había debutado también como tipo1 unos cuantos años antes. En un viaje a Londres la colocaron en la salida de emergencia y las azafatas le pidieron que dejara el bolso que contenía todo el material para controlar su diabetes. Ella dijo que no, que su bolso no se separaba de ella, que si querían que la cambiaran de asiento, pero el personal de la línea aérea insistía una y otra vez que no podía llevar el bolso encima, pero ella se negó alegando que quizá pudiera sobrevivir a una catástrofe aérea pero no sobreviría muchas horas sin su bolso.
Ahí queda eso...
Por cierto, nuestra más sincera enhorabuena para la mamá. Es todo un referente para nuestras hijas con diabetes.
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